ala, antiguo, amor, corazón, símbolo, castillo, máquina, matrimonio, enamorado, hierro forjado, día de San Valentín, Encadenados juntos
A veces Dios permite que suframos desengaños para librarnos de vivir desvalorados y en falsa ilusión. Él no desea el engaño, la traición o la violencia. Pero a veces los humanos deseamos engañar, traicionar o violentar. 

Cuando el corazón de quien nos engaña no camina hacia el arrepentimiento, sino a un mayor grado de traición, Dios permite que esa mala intención salga a la luz. Ese es un momento muy doloroso. Pero de esa forma Dios nos libra de un sufrimiento mayor.

Tomar represalias contra quien nos ha traicionado o herido intencionalmente provoca que Dios no solamente tenga que castigar el pecado de esa persona, sino también el nuestro. Por eso nos ofrece un mejor camino: el perdón.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Eventos: Encuentro para Mujeres y Taller sobre emociones

Prensa misionera mundial: Material evangelístico y de discipulado