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Mostrando entradas de agosto 25, 2013
Encuentro de Mujeres Jefas de Familia en Bayamón
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Les paso el siguiente mensaje de la Rvda. Maritza Rosas: Estimadas hermanas ¡Saludos de paz y bienestar! Quereremos informarles que el Encuentro de Mujeres Jefas de Familia se va a llevar a cabo el viernes 20 de septiembre de 2013 a las 7:30 pm en el Centro Cristiano. El tema será Tu mejor tú ... siempre , con la hna. Lizzie Santiago. Se estará trabajando con la imagen y apariencia personal. Les estoy enviando información sobre nuestra recurso. Les pido que promocionen la actividad entre las mujeres jefas de familia de sus Iglesias y entre sus amigas. Para matrícula debes llamar a Aracelis Cruz al 787-799-7878 . [Las oficinas del Centro Cristiano trabajan de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 3:00 p.m.] La actividad es libre de costo. En adición les incluyo una promoción de la ICDC en Ponce sobre una actividad para mujeres casadas o solteras. ¡Espero que nos podamos reunir ese día! Fraternalmente, Rvda. Maritza Rosas Hernández ...
Enderezó mis pasos
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Conocí el Evangelio de Jesús cuando era preadolescente. Entregué mi vida a Dios en una iglesia tradicional bastante rígida. Allí una señora me decía que ella servía a Dios a su manera porque la iglesia en ocasiones se equivocaba. Con el tiempo fui descubriendo que –en efecto- la iglesia se equivocaba. Ponía cargas sobre la gente que Dios no les imponía. Entonces me moví a la posición opuesta. Quise “servir” a Dios a mi manera. (¿Cómo puede un esclavo servir a su amo a su manera?) Prácticamente pretendía que Dios me sirviera a mí. Actuaba según mi criterio. Usaba la Biblia a mi conveniencia, siguiendo sólo ciertos preceptos (¡y me estoy refiriendo al Nuevo Testamento!), y esperaba que Dios cumpliera sus promesas en mi vida. ¡Qué grandes son su misericordia y su paciencia! Sólo cuando me cansé de tropezar decidí dejar que Dios fuera el Señor y yo la sierva. Cuando opté por obedecer, comencé a entender que las cosas que Dios exigía de mí eran para mi bien. Lamento haber dejado un m...
Principio y fin de la vida
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