Dios es fiel a su parte del pacto
La semana pasada escuché a un conocido predicador puertorriqueño contar lo siguiente. En una época de su vida abandonó el ministerio y quiso vivir mundanamente. Mientras se encontraba en un lugar jugando billar y tomándose una copa de vino, un borracho se le acercó. Le dijo: "Fulano, ¿qué haces aquí? Éste no es tu lugar, véte a predicar". Él dice que si algún cristiano sobrio le hubiese dicho esto, él lo hubiese ignorado o le hubiese respondido ásperamente, pero el hecho de que un hombre ebrio se lo dijera le hizo avergonzarse y recapacitar.