¡Ven, Señor Jesús!
Buen Dios y Padre Eterno, gracias por dar la vida de Jesús en rescate por nuestra salvación. Gracias por la vida eterna que nos concedes en Su resurrección. Gracias por la esperanza bendita de reunirnos con Él y adorarle personalmente en gratitud a su gran sacrificio por nosotros. Te rogamos que tu Santo Espíritu llene nuestra vida cada día. Que tu Santa Palabra alimente nuestro espíritu y nos transforme a tu imagen para que un día podamos verte cara a cara. Señor, que las responsabilidades y ocupaciones del diario vivir terrenal no nos distraigan del deber y el deleite de vivir en tu presencia en oración y búsqueda de tu santa unción. Prepáranos para tu venida y permite que seamos luz y compartamos la noticia de tu fiesta sublime con los que nos rodean para que también preparen sus lámparas para entrar en tu Reino eterno. Te lo pido por los méritos de Jesús, nuestro Señor y Salvador, cuyo regreso anhelamos, Amén.