Mayordomía

Parte de lo que conlleva la mayordomía es desarrollar el arte de discernir en qué debemos invertir los bienes de valor adquisitivo que Dios ha puesto en nuestras manos para administrar.
Pidamos al Señor sabiduría para reconocer Su voluntad y dominio propio para no intercambiarla por la nuestra, porque Su consejo es siempre mejor que nuestra opinión. Así nos ayude Dios.
 


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