En Dios, División a veces es Expansión
Hoy, mientras leía el prólogo al Evangelio según San Marcos (después de
muchos años leyendo la Biblia y habiéndola leído completa), fue que me percaté
de que este escritor era el Juan Marcos con el que el apóstol Pablo realizó su
primer viaje misionero. Juan Marcos era sobrino de Bernabé (Colosenses 4:10).
Fue el ayudante de Pablo y Bernabé en su viaje a Antioquía y Chipre (Hechos
12:25; 13:5). Luego Pablo y sus compañeros subieron a Perge de Panfilia para
continuar predicando y Marcos partió al sur, de regreso a Jerusalén.
En Hechos 15:36-40 se cuenta que cuando Pablo fue a iniciar su segundo
viaje misionero para ver cómo estaban los hermanos a quienes en el primer viaje
habían anunciado el Evangelio, Bernabé, su compañero de misiones, propuso
llevar a Juan Marcos, pero él no estuvo de acuerdo.
A Pablo no le pareció bien llevar a aquél que los había dejado a mitad del
primer trayecto misionero. Al parecer, no consideraba a Marcos un servidor
maduro. Sostuvieron una fuerte discusión que terminó en la división. Pablo
eligió a Silas como compañero de misión y viajaron a Siria y Cilicia, mientras Bernabé
y su sobrino, Juan Marcos, iban a Chipre.
En Filipenses 4:10, 2 Timoteo 4:11 y Filemón 1:23,24 vemos que Marcos
volvió a trabajar con Pablo y en 1 Pedro 5:13 se constata que también colaboró
con el apóstol Pedro. (Pablo altercó con Pedro por su ambivalencia respecto a
las exigencias rituales de los cristianos judíos a los gentiles y también
tomaron rumbos distintos en sus ministerios, aunque en ocasiones coincidieron).
Aunque en un principio Marcos pareció no tener la capacidad de asumir la
responsabilidad de la misión evangelizadora con constancia y perseverancia, tal
parece que con el tiempo maduró. A pesar de la división, continuó trabajando
para el Reino, al igual que lo hizo Pablo. Y también volvió a colaborar con él.
Estando Pablo encarcelado y quedándole poco tiempo de vida, le manda a llamar y
dice que le es “útil para el ministerio” (2 Timoteo 4:11).
Tan impactante fue la experiencia de Marcos en las misiones y entre los
apóstoles de Jesucristo, que escribió el primer libro sobre la vida de Jesús
entre los que tenemos registrados en nuestra Biblia actual. Mateo, Lucas y Juan
le siguieron el ejemplo desde perspectivas diferentes y particulares, pero
Marcos fue el instrumento de Dios para iniciar la recopilación de la Palabra
divina en lo que se constituiría el Nuevo Pacto de Dios con el ser humano. El
Antiguo Testamento era la historia de la Creación, la revelación de Dios al el
hombre y la selección del pueblo de Israel como anunciador de las Buenas Nuevas
del Reino Eterno. El Nuevo Testamento, iniciado con el libro de Marcos, es la
historia de Jesús como cumplimiento de las promesas de Dios en el Viejo Pacto y
la maravillosa noticia de la inclusión de toda la humanidad en el plan
salvífico de Dios.
Cuando leo esta historia se me ocurre pensar que a veces Dios permite que
personas cristianas con caracteres distintos o visiones distintas se separen
para poder trabajar cada uno en un área distinta del Reino. En ese caso, separándose
habrá más paz entre ellos y mejor y mayor fruto de almas para Dios. Personalmente
he tenido la experiencia de trabajar con alguien que tiene un estilo muy
distinto al mío. He preferido buscar otro ministerio en el cual trabajar
sintiéndome libre de ser quien soy y permitir que esa persona se desarrolle libremente
en el suyo. Dios nos hizo diferentes para cubrir necesidades distintas en la
propagación del Evangelio de Cristo. Creo que lo más importante es que Cristo
sea glorificado en medio de las vidas que son impactadas y que haya paz entre
los miembros de Su Cuerpo, la Iglesia.
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