La lengua intimidante

 
En estos días he estado releyendo un pequeño libro que encontré en la tienda de un hotel, titulado Controla tu lengua en 30 días. Es un pequeño manual de reflexiones sobre los usos inadecuados de la lengua, escrito por Deborah Smith Pegues y publicado en español en el 2007 por la Editorial Portavoz en Michigan, EEUU. 

El capítulo 18 habla sobre la lengua intimidante. Una parte del capítulo está dirigida a personas que sufren maltrato verbal en forma de amenazas. Sentí en mi corazón el deseo de compartirla con ustedes. Confío en que pueda ser útil a alguna. La escritora dice lo siguiente: 

"Cuando es seguro, usted debe dejar que la persona que lo amenaza sepa que se niega a ser oprimido por ella y que usted en realidad tiene la bendición de Dios y las fuerzas para resistir sus tácticas. Trabajé en un proyecto de gran magnitud con un jefe... que intentaba intimidar a través de los gritos a casi todo el que estaba implicado en dicho trabajo... Un día decidió apuntarme con uno de sus estallidos de abiertas y amargadas denuncias. Gritó como niño malcriado... 

Esperé de forma paciente mientras él vociferaba. Cuando terminó, muy calmada, le respondí: Supongo que debo dejarle claro que sus gritos no tienen absolutamente ningún efecto en mí. No conozco a nadie que pueda intimidarme. Dios es el único al que siempre temeré. Aun cuando él continuó siendo una prueba para mi paciencia, pronto aprendió que su estilo intimidante no iba a hacer avanzar su pelota hasta mi cancha... 

Los bravucones intimidantes a menundo retrocederán cuando alguien les hace frente. Dios nunca le ha dado a entender a nadie que puede oprimir o dominar a otra persona." (pp. 81,81).

Su conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y deben saber también cómo contestar a cada uno.  Colosenses 4:6

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