¿Eres tormenta o calma?

Comparto con ustedes esta reflexión que mi hermano publicó en FB. 
Espero que la disfruten tanto como yo. ¡Bendiciones mil!



Esta mañana me levanté muy temprano. Caminé hacia la sala y abrí las cortinas que dan a mi patio. En la pequeña charca que hay detrás de la casa podía ver los patitos y las tortugas nadar juntos en el agua. Observaba cómo las grises nubes comenzaban poco a poco a disiparse. Ya se comenzaban a ver pedacitos del cielo azul entre éstas. A la distancia algunas nubes blancas comienzan a mostrarse.

Mi querido Dios, el solamente observar las nubes me da una gran impresión de Tu grandeza. Tú no creas la tormenta, pero creaste todos los elementos que la forman y la mueven. De igual manera, Tú me creaste y creaste la energía que me mueve. Tú quieres que sea cielo azul y suave viento, pero muchas veces me he permitido convertirme en tormenta, y he terminado creando destrucción no sólo en mi vida, sino también en las vidas de mis seres más queridos. Pero un día llegaste a mi vida y levantaste tu mano, y de tu boca salió la palabra y la tormenta en mi vida se convirtió en calma. Ahora sólo trato de ser cielo azul y suave viento. Tú has cambiado mi vida por completo. Gracias Dios por tu gracia, porque sé que no lo merezco. Amén.

A. Dávila

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