Descubriendo cosas grandes y ocultas

El verano pasado visité el museo aeroespacial de Washington. Allí vi una película en la que se representaba una investigación sobre las condiciones que se requieren para que haya vida en un planeta y qué planetas en varias galaxias parecían cumplir con esas condiciones. En días recientes el periódico El Nuevo Día ha reseñado el descubrimiento de tres planetas que podrían tener condiciones de habitabilidad y que se encuentran cerca de nuestra galaxia. (Para leer más, active el siguiente enlace: Detectan tres planetas habitables)
Concepto artístico de uno de los planetas potencialmente habitables alrededor de la estrella Gliese 667C. (Suministrada / Laboratorio Habitabilidad Planetaria en Arecibo, Puerto Rico / ESO)


Hay un texto bíblico que dice:
"En su momento, Dios todo lo hizo hermoso, y puso en el corazón de los mortales la noción de la eternidad, aunque éstos no llegan a comprender en su totalidad lo hecho por Dios" (Eclesiastés 3:11 RVC).  


En otra versión dice:
Cuando Dios creó este mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo que Dios ha hecho (TLA).   

Desde niña he escuchado que los científicos buscan planetas donde pueda existir vida. En la televisión se producían series, caricaturas, documentales y películas en los que se exploraba este tema. Muchas ideas sobre las que el ser humano ha pensado y muchas cosas que el ser humano ha imaginado han prevalecido en su mente hasta crearse o descubrirse concreciones de ellas. Se me ocurre pensar que Dios mismo las puso en la mente del ser humano como una clave para descubrir el camino hacia ellas mediante la experimentación, la investigación y la invención, como si un Padre jugara con sus hijos para enseñarles a aprender y para regalarles el disfrute de descubrir y crear. Quizás el ser humano se sienta grande ante esos descubrimientos, pero el que se hace grande es Dios, que nos permite descubrir que esas cosas que con tanto esfuerzo "ideamos" ya existían en Su grandioso mundo, aunque estaban ocultas a nuestra vista inmediata. 

Alguna vez podremos abrir los ojos en una dimensión perfecta y eterna y descubrir las grandes cosas que Dios ha hecho que ahora no conocemos ni entendemos. Mientras tanto, Dios ha dado promesa a los que le amamos de mostrarnos cosas grandes y maravillosas si reconocemos Su grandeza, nuestra pequeñez y nuestra necesidad de Su gracia.

Jeremías 33:3  Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. 
1Corintios 2:9  Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

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