Comentario en torno a los dones y ministerios del Espíritu Santo

El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir a un seminario ofrecido por el Rvdo. Samuel Solivan, un reconocido pastor y teólogo. El tema era Dones y ministerios del Espiritu Santo. El Dr. Solivan comentaba varios puntos que creo que debemos recordar:

1. El Don de Dios es el Espíritu Santo mismo. Los dones y ministerios son las expresiones o manifestaciones de ese Don en nosotros.
2. Esas expresiones o manifestaciones del Espíritu en nosotros, que son los llamados dones y ministerios dados por Él, son para la edificación de la Iglesia. Si al manifestarse sólo nos edifican a nosotros o a unos pocos, no los estamos ejerciendo según ordena la Escritura.
3. Cuando la Palabra dice que los dones de Dios son irrevocables, no implica que una persona que se ha apartado de Dios puede continuar bendiciendo a otros con esos dones. Esos dones requieren estar llenos del Espíritu, que es el Don que los otorga, y son para el crecimiento de la Iglesia y para dar a la Iglesia el poder para testificar de Cristo incluso bajo tiempos de crisis y de amenaza de muerte.
4. Los talentos naturales que Dios otorga a cada ser humano no equivalen a los dones y ministerios del Espíritu, aunque Dios puede utilizarlos en Su obra. Por ejemplo, una persona con talento para cantar puede tener o no tener el don de la adoración mediante el cántico. Si lo tiene, su cántico edificará a la Iglesia. Si no lo tiene, su cántico será disfrutado pero no producirá un crecimiento (edificación) espiritual.
5. Cuando Pablo dice que busquemos los mejores dones no significa que unos son mejores que otros, sino que busquemos los que se necesitan más y serán más útiles para la edificación de la Iglesia. Cada congregación tiene necesidades particulares.
6. Los dones y ministerios del Espíritu pueden ser genuinamente adquiridos y usados o pueden ser imitados por hermanos que tienen menos madurez espiritual. De ahí que se puedan observar "estilos" en las congregaciones. El genuino Don de Dios se ejerce en orden, siguiendo las Escrituras.
7. El receptor del Don no se encuentra en un éxtasis. Mantiene su propia voluntad y conciencia, por lo que puede sujetarse cuando en el Espíritu se le indica que está fuera de orden.
8. El fruto del Espíritu es evidente en la persona que ejerce los dones y ministerios del Espíritu.

Gracias al Rvdo. Solivan y a su esposa por compartir su conocimiento y sabiduría con desinterés y amor.

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