Si tu pareja es un encanto... ¡para todos menos para ti!



Estuve casada durante más de diez años con un hombre "encantador".  Tenía un gran carisma. Todo el mundo lo quería. Cuando me separé de él una persona me preguntó por qué pensaba divorciarme de un hombre tan maravilloso. Todos los que lo conocían se sorprendían de que quisiera divorciarme de un hombre tan bueno. 

En más de una ocasión me cuestioné si era yo la que estaba mal. Él solía decir que yo era hipersensible. Me compraba libros sobre el enojo que hablaban de gente que no se enojaba aunque le rompieran un brazo. 

Una vez fuimos a una cita con una psiquiatra y cuando intenté defenderme ella dijo que yo estaba paranoide porque no podía hablar sin mostrar mi indignación. A veces pensé que enloquecía. Gracias a Dios que pude encontrar gente que me comprendiera y me ayudara. Y qué bueno que pude terminar esa relación. Creo que esa persona nunca habría aceptado su responsabilidad en muchos aspectos. 

Hoy leí un escrito en una página de la iglesia de Saddleback, que pastorea el autor de Una vida con propósito, Rick Warren. Me recordó mucho este tiempo de mi vida. Es en inglés, pero si pueden entenderlo quizás algunas de ustedes logren identificarse. Adelante un enlace al artículo.

“Eddie” – The Aggressively Self-Centered Spouse

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