Alabando a Dios en el desierto

A menudo Jesús se apartó a orar. La Biblia menciona que fue tentado mientras se encontraba en un tiempo de oración y ayuno como preparación para su ministerio público.  

Esta madrugada el Rvdo. Miguel A. Morales presentó una reflexion en torno a adorar a Dios desde los desiertos de la vida. El rey David, antecesor de Jesus en la genealogía humana, oró en el desierto. David fue traicionado por Absalón, su hijo. Huyó de Jerusalén a causa de su persecusión. Sus sirvientes propusieron llevar con ellos el Arca del Pacto, donde se pensaba que estaba la presencia de Dios. David se negó porque entendía que el arca pertenecía al tabernáculo de Dios.

A pesar de la creencia de ese tiempo de que los dioses estaban donde estaban los objetos relacionados con su adoración, David había comprendido que podía clamar a Dios desde el desierto y experimentar su presencia como lo había hecho en el santuario. David no menospreció el valor de adorar en el altar. Él extendió su adoración a toda su vida. 

Que la presencia de Dios se haga real en tu vida hoy en cualquier lugar donde te encuentres, aunque atravieses desiertos de soledad, traición, dolor, preocupación, ansiedad, depresión, pecado o cualquier cosa que pretenda apartarte del amor de tu Creador. Que Él te bendiga en este día.

Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, sí como te he mirado en el santuario. Salmos 63:1-2

Rom 8:35  ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... Rom 8:38-39  ...estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.