Crecer en fe a través de las pruebas

Este fin de semana se lleva a cabo un retiro de oración en una iglesia que visito. Allí el Señor nos instaba a no huir de las dificultades. Los retos que enfrentamos en la vida son el instrumento a través del cual Dios nos permite desarrollar y fortalecer nuestra fe. 
Cuando establecemos una relación de amistad con Dios y oramos en la intimidad, aprendemos a confiar en Él y en las promesas de Su Palabra (la Biblia). Aprendemos a permitir que Su Espíritu Santo nos guíe y podemos tener paz a pesar de la tormenta.
Un anciano decía que el único que no se amedrentó ante la tormenta en la barca en que Jesús iba era Él porque tenía los ojos cerrados. Quiso decir que su mirada no estaba enfocada en lo aparente, sino en aquello de lo que tenía certeza: que llegarían a la otra orilla, porque hacia allá lo guiaba el Padre. 
El futuro de nuestra Isla es incierto. Sólo Dios lo conoce. Pero se auguran dificultades, especialmente en el ámbito de la economía. Si aprendemos a confiar en Dios en nuestra vida personal y fortalecemos nuestra fe a través de la oración, podremos ser de apoyo a otros cuando las dificultades colectivas se tornen demasiado duras para soportarlas. Que así nos ayude Dios.

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