La justicia de Dios
Ayer escuché un testimonio de un hermano que perdió su trabajo por negarse a participar en fiestas y "bebelatas", como decimos en Puerto Rico. Él cumplía con todas sus labores, pero se negaba a tomar licor y participar en cosas que había dejado por seguir a Jesús. Sus supervisores y compañeros lo aislaron, lo marginaron hasta finalmente despedirlo. Tan sólo un día después Dios abrió puertas para él en un nuevo empleo.
Jesús asegura a sus discípulos que Dios está presto a escuchar las oraciones de su pueblo. Luego añade: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?". Dios continúa siendo siempre fiel. ¿Prevalecerá nuestra fe a pesar de las tormentas de la vida? Que así nos ayude Dios.
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