Agradecimiento a Floris UMC

Hace algunas semanas visité Washington, D.C. Antes de viajar me comuniqué con un par de iglesias para coordinar una visita a alguno de los servicios de adoración. La Iglesia Metodista Unida de Floris, Virginia, acordó recogerme a mi hotel para compartir en un culto latino (me hospedé en Virginia). Fue una hermosa experiencia. No sólo porque el sermón fue edificante y porque la iglesia tiene programas de servicio comunitario relevantes a las necesidades de las personas que viven en sus alrededores, sino también por la gran paciencia, solidaridad, tolerancia, compromiso y amabilidad que mostraron estos hermanos. 

Primero tuvimos una confusión de hoteles, pues había varios de nombre similar en la misma zona. Los hermanos no se dieron por vencidos hasta conseguirme. Aunque les costó llegar tarde al culto, no me abandonaron. Luego, al tratar de dejar a una hermanita recién mudada a Washington en el lugar donde estaba residiendo, dimos vueltas por más de una hora en el vehículo de la iglesia intentando lograr que identificara la casa donde vivía. Los hermanos no perdieron la calma ni la amabilidad. Se mantuvieron pacientes, amables, solidarios y comprensivos.

Vivo en una Isla donde, lamentablemente, esos atributos a veces parecen parte de una época pasada. Ajetreados con el trabajo, acostumbrados a las cosas rápidas, a la prisa, etc., a veces no logramos bajar las revoluciones, templarnos, tranquilizarnos y dialogar con calma. Pablo decía: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo (1 Corintios 11:1). Cuando miro a estos hermanos y el amor tan grande con que tratan a las personas que les visitan y con que se tratan entre ellos, tengo que decir que me inspiran a imitar al Maestro Jesús. Es mi oración a Dios que les recompense en gran manera por su hospitalidad y dedicación al Señor. Un abrazo para ellos y mi sincero agradecimiento.

Si alguna vez visitan Virginia, quizás deseen conocer esta congregación. http://florisumc.org/