Sobre amar y ser amada


El pastor Rick Warren, autor de Una vida con propósito, escribe en su reflexión de hoy: 
<Necesitas ser amada. Es una necesidad profunda que tienes. Pero la totalidad de tus necesidades nunca será satisfecha por persona o grupo de personas alguno. Ellos no tienen suficiente amor para eso. Dios no lo diseñó así. El amor humano es limitado. El amor de Dios es ilimitado e incondicional. No importa cuán profunda sea tu necesidad de amor, Él puede llenarla. Él es fuente de amor que nunca se seca>.

Por mucho tiempo fui codependiente. Elegía a una persona en la que depositar mi amor y me apegaba a esa persona. Era muy celosa porque pensaba que cada vez que esa persona amara a alguien más, me amaría menos. Pensaba que el amor era como una pizza, que se acababa si se repartían sus pedazos. Estaba equivocada. El amor humano puede dar y darse a muchos sin acabarse. Una persona puede amar en muchas formas a mucha gente y no por eso amar menos. Pero una persona no puede dar el tiempo, la atención, el esfuerzo a mucha gente a la vez porque no tiene la capacidad de estar en todo lugar en todo momento. Además, una persona no puede dejar de ser. Siempre habrá cosas que choquen con nuestras ideas o costumbres. 

No era cierto que el amor que mi pareja me daba disminuía por amar a otras personas (amistades, familia, hermanos de la iglesia, etc.), pero sí era cierto que esa persona no podía suplir toda mi necesidad de amor. En primer lugar, porque necesito diversos tipos de amor: el de mis padres, el de mis hermanos, el de mis amigos, el de mis hijos (en mi caso, mis sobrinos). En segundo lugar, porque hay carencias de amor muy profundas en el alma que sólo Dios puede suplir. Espacios que le pertenecen a Él solamente. El amor espiritual más profundo sólo Él puede darlo. Y es ése el que calma nuestra sed más íntima de amor. 

Ama. Ama mucho, ama a todo el que puedas amar: A los niños que juegan y ríen o a los que lloran, a los vecinos buenos y a los difíciles, a los jefes exigentes y a los compañeros comprensivos, a ti misma, a tu pareja, a tu familia... Y no exijas a una persona amarte sólo a ti. Permite a los demás amar, amar, amar. (Hablo de amor, no de infidelidad.) Llena tu corazón del amor de Dios, acercándote a Él en oración y escuchando sus palabras en la Biblia. Él tiene palabras de amor para ti todos los días. 

Salmo16:11  Me mostrarás la senda de la vida;  En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.

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