Se hace camino al andar

Creo que Jesús hizo camino al andar. Desde que nació hasta que murió hizo camino en dos sentidos. En primer lugar, construyó camino de comunicación con Dios, camino que lleva al Cielo. En segundo lugar, hizo camino de vida digna de ser emulada. Vida que –llevando sufrimientos quizás mayores a los que usualmente tenemos en la Tierra- es capaz de hacernos sentir plenos y felices. El Caminante de Emaús pisó sobre un camino ya construido, un camino de tristeza y desesperanza, y lo transformó en camino de resurrección, vida, paz, gozo y de una esperanza que no avergüenza.

También pienso que en ese andar Jesús construyó vías de comunicación no sólo entre generaciones, sino en toda dirección en la que los seres humanos no deseaban relacionarse: comunicación amorosa hacia los niños, las mujeres, los marginados, los abandonados… Él se aparece en el camino de nuestra vida y es capaz de transformarlo en camino deleitoso. Definitivamente, Jesús es para mí quien hace caminos al andar. A Él sea dada toda gloria y gratitud.

Juan14:6  Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 

Salmo119:116  Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;  Y no quede yo avergonzado de mi esperanza. 

Romanos 5:3-5  Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.