Pensamientos sobre la belleza

Esta mañana, estudiando la historia de Jacob, Lea y Raquel, reflexionaba sobre la belleza. Dios depositó su belleza en cada mujer que ha creado, incluidas tú y yo. Es bueno arreglarnos, cuidar nuestra higiene, nuestra salud y nuestro aspecto, encontrar "trucos" para resaltar lo que más nos agrada de nuestra apariencia y disimular lo que no nos gusta tanto, etc.

Qué bueno cuando podemos entender nuestra identidad como hijas amadas de Dios, creadas perfectamente para el propósito de Dios para nuestra vida. Cuando no tenemos clara esa identidad, pueden consumirnos los afanes por maquillarnos continua o excesivamente, la histeria porque el cabello no nos queda como el que vimos en un anuncio publicitario, la obsesión por someternos a cirugía tras cirugía en un intento desenfrenado por ser la persona que no somos. Cuando terminamos la lucha hemos creado una versión femenina de Frankenstein y en lugar de una sonrisa lo que nos queda es una mueca de frustración y cansancio. Alguien nos elogia y respondemos con alguna queja sobre el pequeño detalle que no quedó como esperábamos. 

Gracias, Dios, porque ya Tú nos hiciste bellas, nos amas como somos, nunca nos abandonarás y nos conduces a tu propósito hermoso y perfecto con el aspecto preciso que debemos tener para cumplirlo. Ayúdanos a amarte sobre todas las cosas y a amarnos como tú nos amas. Por Jesús, Amén.

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