Tiempo de esperanza


Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos. Eclesiastés 9:4  
A veces las noticias que nos rodean son tan negativas que puede parecernos que el mundo no tiene sentido, que Dios lo dejó a la deriva. Si hemos sufrido pérdidas o situaciones difíciles en épocas como ésta o cercanas a ella, la Navidad puede tornarse en motivo de profunda tristeza. Podemos ensimismarnos y ahogarnos en un lago de autoconmiseración y pesimismo. ¡Pero tenemos alternativa!
Dice la Palabra de Dios que para todo el que está vivo todavía hay esperanza. Podemos decidir creer esa verdad y mirar al futuro descansando en Jesús, que es la esperanza de libertad, salvación, salud, paz y gozo. Tenemos esperanza cuando mantenemos despierta la conciencia de que Cristo ya pagó el precio de nuestra victoria. Nada ha sido permitido en nuestra vida que pueda cancelar el plan divino. Nada hay que pueda bloquear el poder y la gracia de Dios obrando en nuestras circunstancias y en nuestras actitudes para que se cumpla Su buen propósito en nuestra vida si vamos ante Él en humildad. Abramos nuestro corazón al que nos llama para cenar con nosotras en la intimidad del alma y llenar nuestra casa interior de esperanza eterna. ¡Feliz Navidad!

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