La autoestima empobrecida

Si tienes una autoestima deficiente, esperarás que otros hagan por ti lo que nadie puede hacer -hacerte sentir adecuada y capaz- cuando ya estás convencida de que eres inadecuada e incapaz. Esto pone una carga muy pesada sobre un esposo, hijos, amigos, vecinos o la iglesia. Puedes volverte suspicaz u hostil, encerrarte en ti misma o depender de otro. Dios quiere que te abras y florezcas con tu propia belleza individual para que cumplas tu papel contribuyendo a Su jardín hermoso y alegre (Seamands, D., Curación para los traumas emocionales, 67).

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